
Se llenó de rabia,
cogió la copa de vino que estaba encima de la mesa de cristal
y la tiró al suelo.
Sintió como su cuerpo se pintaba
de color rojo con olor a cereza fresca.
Sus ojos se llenaron de agua...
las lágrimas apenas se mantuvieron
en ellos unos segundos....
Ella se las secó con su pañuelo blanco
el mismo con el que un rato antes
se había limpiado el carmín de sus labios.
No pensaba llorar por él.....
Mónica
No hay comentarios:
Publicar un comentario